Me han vuelto a molestar… bueno lo han intentado… Hace mucho que mi humor está muy lejos de sus estúpidas bromas de media tarde o sus deseos de animarse la tertulia a mis costillas. Por esta vez estoy satisfecho… les he devuelto el detalle en el mismo ánimo en que me fue enviado…
Hace mucho entendí que mi gusto por los gatos era eso: gusto por los gatos. Sin ninguna intrincada explicación absurda…
Si hay algo raro en que me gusten los gatos, no quiero pensar el nombre de quien se afana en tener mil camisas de seda, toda combinables con corbata, moño, pañuelo, sombrero y mocasines… ¡El idiota de Archie ha palidecido ante la mención!...
Si un mísero gato es motivo de escarceo… ¿Cómo se debió haber llamado en su tiempo al afán de vivir entre muñecas rotas? Descompuestas, unas sin manos, otras sin piernas, otras sin ojos, armadas una y mil veces en miras de “curiosidad”, ingenio y aprendizaje…
¡Ni menciono al otro primo ausente!… Se me juzga por un gato, cuando hay un “mausoleo” vivo con aroma y espinas que da cuenta de lo que ahora sostengo…
Se me juzga por un gato… cuando el respetable patriarca tiene un zoológico entero…
Sí, me gustan los gatos… me gustaron desde la primera vez que vi a Silvia, sin piedad, sin miedos, sin remilgos, cazar una rata que cruzaba el jardín… Sus pupilas se dilataron, su cuerpo se tensó, sus piernas cobraron elasticidad y fuerza… Yo me instalé a espiarla sigilosamente mientras realizaba su faena.
Acorraló al ratón, lo rodeó, lo olisqueo… y finalmente lo atrapó, lo dejo libre varias veces y de nuevo lo recuperó… no se lo comió… ella comía latas de sardinas, trozos de pollo o lonchas de jamón… No cazaba por hambre… lo hacía por un fin superior… no sé si maldad… no sé si diversión… El ratón murió, después de varios intentos inútiles de escapar de mi gata siniestra que buscaba una entretención… lo vio suplicando que volviera a moverse y correr por el jardín…
Se cansó de esperar, dio media vuelta y corrió hacía donde estaba yo… repagándose en mis piernas como buscando comprensión, había perdido su juguete… se lanzó a mis brazos… toda fiera, en el fondo, necesita amor…
¡Ahí estás! Ya no me importa que me veas con temor... Me ves... y por ahora eso es suficiente... como el gato esperaré...
Espejo Mágico