Desde el mismisimo Batallón Shakespereano de la Atlántida, se desprende este pequeño escrito, que disfruté mucho haciendo, recordando escenas de uno de mis capítulos favoritos de la serie.
 Soneto XXVIII   Candy sostenía casi con devoción aquel libro rojo que encontrara en el bosque... Eleonor se había ido ya y desafortunadamente no había podido entregarlo... estaba triste y contrariada, pensando en la situación de Terry y su madre. Si ella se enterara de que tenia una madre, la amaría con gran fervor sin importar las circunstancias... que afortunado era Terry y que tonto al comportarse así... - Eleonor se ha ido ya... Terry tiene la culpa por ser tan orgulloso. - ¿Qué pasa conmigo?... - preguntó Terry que cual adolescente enamorado estaba a la ronda de los lugares que sabia ella visitaba, siempre al acecho de la oportunidad de abordarla... - Terry - …y Candy se sorprendió de encontrarlo con tanta facilidad. - Sabes una cosa - dijo con su voz de presuntuosas y alterantes inflexiones- Me alegra mucho que pronuncies mi nombre, Candy. Está distinto... quizá vio a su madre... - Pensó Candy al ver su actitud desenfadada y no tensa como la última vez que lo había visto ensañándose con la pobre ovejita... - Debo confesarte que no sabia que pensaras siempre en mí...-dijo confiado al ver que ella le observaba con atención y eso alentaba sus avances. No seas engreído, Terry - ella amenazó con golpearlo al escuchar aquello... ¿Como podía él solo, ser tan irritante?... Cada que decía algo así, sentía como si hubiera cientos de mariposas en su interior. Oh no, conozco tu juego, Candy - fue lo que dijo al esquivar sus ataques... ¿Y ese libro? - ¿De quien crees que sea?... - dijo tratando de adivinar sus reacciones... - No estoy seguro... pero podría... - Mira... - ella quiso sorprenderlo mostrándole las iniciales doradas de la portada. - Es mió... - dijo recuperando uno de sus tesoros que creyó perder en el bosque... - ¡Tuyo! - Candy quedo más que sorprendida y transparente como era expreso sus ideas... - Nunca pensé que leyeras piezas de teatro... - el tono evidenciaba lo mucho que le sorprendía que el rebelde calculador y frió chico del colegio gustara de ese genero tan expresivo. - - Candy, aunque llegues a tener 80 años, siempre serás la misma - dijo él viéndola seriamente, evidenciando que en ocasiones a la chica le faltaba algo de tacto... lo decía seriamente, pero por dentro reía con inmensa alegría... -No digas esas cosas... -Y yo seré el mismo Terry aunque sea un caballero de pelo blanco...- decía aquello para que entendiera que no era un insulto, por el contrario el gustaba de esa originalidad... -¿Caballero? - espeto ella con ironía- ¡Serás muy distinguido!... -Quiero decir que jamás se deja de ser uno mismo... – quiso compartir con ella parte de esa emoción tan autentica que el sentía por la actuación- ... pero actuando en teatro... puedes ser rey o mendigo... Cualquiera... Puedes matar con justicia... y también puedes enamorarte... -¡Terry! - de nuevo su defensiva se activaba ante las mariposas... él la había tomado por los hombros y había querido acercar su rostro... -Es un juego - se defendió ante el rechazo, ella era una niña se dijo... solo era cuestión de tiempo- ... pero prefiero a una linda chica actuando en lugar tuyo...-¡Presuntuoso! - y ese comentario en verdad la molestó, aunque prefirió fingir... ¿Él no la consideraba bonita?... - El escenario es un pequeño y maravilloso mundo lleno de hermosos sueños... - agrego en un suspiro al recrear en su mente la escena de Candy en sus brazos aceptando y correspondiendo a sus besos... Candy veía fascinada la escena, apreciando que la vocación de Terry era la actuación... El fingió perderse en la lectura de su libro y luego de unos minutos hablo de nueva cuenta... -Discúlpame, Candy... -Terry - ella no entendía semejante reacción... -No es cierto que una actriz sea más hermosa que tu... – y se deleito viendo el carmín cubrir su rostro - Te daré una función especial para compensarte... -¡Función especial! - la sonrisa abarco su rostro y el brillo de sus ojos lo inspiro aun más. Hizo una reverencia frente a ella y con su voz profunda y modulada esparció su nato talento... ¿A un día de verano compararte? Más hermosura y suavidad posees. Tiembla el brote de mayo bajo el viento y el estío no dura casi nada. A veces demasiado brilla el ojo solar, y otras su tez de oro se apaga; toda belleza alguna vez declina, ajada por la suerte o por el tiempo. Candy suspiró al escucharlo y sintió que su corazón estallaría... Él era simplemente deslumbrante... Los versos que decía, bien podría recitarlos ella. Terry era muy apuesto, brillante como el sol, con ella era calido como la estación y sus ojos igual encerraban el verde de las praderas que el azul del lago... Era muy apuesto y de seguro en su madurez se conservaría en gracia y belleza. Pero eterno será el verano tuyo. No perderás la gracia, ni la Muerte se jactará de ensombrecer tus pasos cuando crezcas en versos inmortales. Terry se acercó hasta ella y la ayudó a levantarse para declamar con gran sentimiento los últimos versos frente a ella, viéndola directamente a los ojos... Vivirás mientras alguien vea y sienta y esto pueda vivir y te dé vida. -Fue hermoso... - dijo ella después de un grato silencio...Y tiene que ver con lo que me dijiste de ser por siempre uno mismo, el cuerpo cambia, pero no los sentimientos, ni los sueños... ¡Terry eres magnifico! - dijo ella con gran algabaria... -¿Te gusto?... -Por supuesto...- y de nuevo se vieron profundamente... -¿A un día de verano compararte? - comenzó de nuevo, ahora cerca de ella, tomando una de sus manos y aproximando su rostro para verla mejor... - Mas hermosura y suavidad posees...- dijo antes de depositar un beso en la mejilla de Candy y separarse de inmediato para comenzar a caminar rumbo a casa con su libro en manos... F I N Por Sirena Laurie Guardiana De La Imaginación Y Las Letras  SIRENA LAURIE Atlántida de Terry 2007- 2008  [/size] [/size] |