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-Dese prisa, señor García. ¡Vaya inútil!
-Quizás no debimos traer tanto equipaje, tía Elroy.
-Tonterías, Sarah, no sabemos cómo será ese lugar extraño en el que tu hijo va a celebrar su cumpleaños. ¿Y si no tienen un té decente? Ademas, me gusta tomarlo en mi porcelana. Y hay que estar preprado por si hace frío o hace calor. Esta humedad es horrible para mis huesos. ¿Pero cómo se le habrá ocurrido?
-El me aseguró que se quedaría en casa, que simplemente no queria fiestas.
-¿Neal no querer fiestas? -tía Elroy miró a Sarah Legan con las cejas enarcadas, como si hubiera dicho algo absurdo-. Sarah, ni que no conocieras a tu hijo.
-Lo sé, pero esta playa desierta no parece ser sitio para una fiesta. Los tacones se hunden en la arena.
El señor García se acercó, resoplando, cargaba un enorme baul que dejó caer al suelo cuando llegó hasta las dos mujeres.
-Nunca llevas el calzado adecuado, Sarah -protestó tía Elroy, luego miró al señor García-. ¿Qué hace, García? ¿Porqué se para?
-Creí que habiamos llegado, señora.
-¿Eso creía? ¿Y dónde está la famosa fiesta? Mire a su alrededor, García. Estamos en una playa solitaria.
-Bueno, alli hay una barca.
Las mujeres miraron hacia el mar, junto a unas rocas, una barca se movía en el agua, la habían atado a una de las rocas con una cuerda.
-Una barca solitaria -dijo tía Elroy.
-¿Quizás haya alguien por aquí? -apuntó Sarah, recibiendo otra furibunda mirada de la tía Elroy.
-¡Claro que tiene que haber alguien! ¡Las barcas no se atan solas a la rocas! Además fijate en lo mal hecho que está el nudo, ¡vaya inútil! Si García no viniera detrás de nosotros habría pensado que sería cosa suya.
-¡Señora! -empezó a protestar García, pero una mirada de la tía Elroy lo hizo callar y bajar la cabeza-. Lo que usted diga, señora.
-¿Y porqué no han salido a saludarnos? -preguntó Sarah, dudando todavía de que hubiera alguien.
-Porque además de inútil, será un maleducado -argumentó tía Elroy
-¿Qué hacemos, tía? ¿Buscamos a los dueños de la barca? ¿Seguimos adelante a ver si encontramos la fiesta de Neal?
Continuará....
-Dese prisa, señor García. ¡Vaya inútil!
-Quizás no debimos traer tanto equipaje, tía Elroy.
-Tonterías, Sarah, no sabemos cómo será ese lugar extraño en el que tu hijo va a celebrar su cumpleaños. ¿Y si no tienen un té decente? Ademas, me gusta tomarlo en mi porcelana. Y hay que estar preprado por si hace frío o hace calor. Esta humedad es horrible para mis huesos. ¿Pero cómo se le habrá ocurrido?
-El me aseguró que se quedaría en casa, que simplemente no queria fiestas.
-¿Neal no querer fiestas? -tía Elroy miró a Sarah Legan con las cejas enarcadas, como si hubiera dicho algo absurdo-. Sarah, ni que no conocieras a tu hijo.
-Lo sé, pero esta playa desierta no parece ser sitio para una fiesta. Los tacones se hunden en la arena.
El señor García se acercó, resoplando, cargaba un enorme baul que dejó caer al suelo cuando llegó hasta las dos mujeres.
-Nunca llevas el calzado adecuado, Sarah -protestó tía Elroy, luego miró al señor García-. ¿Qué hace, García? ¿Porqué se para?
-Creí que habiamos llegado, señora.
-¿Eso creía? ¿Y dónde está la famosa fiesta? Mire a su alrededor, García. Estamos en una playa solitaria.
-Bueno, alli hay una barca.
Las mujeres miraron hacia el mar, junto a unas rocas, una barca se movía en el agua, la habían atado a una de las rocas con una cuerda.
-Una barca solitaria -dijo tía Elroy.
-¿Quizás haya alguien por aquí? -apuntó Sarah, recibiendo otra furibunda mirada de la tía Elroy.
-¡Claro que tiene que haber alguien! ¡Las barcas no se atan solas a la rocas! Además fijate en lo mal hecho que está el nudo, ¡vaya inútil! Si García no viniera detrás de nosotros habría pensado que sería cosa suya.
-¡Señora! -empezó a protestar García, pero una mirada de la tía Elroy lo hizo callar y bajar la cabeza-. Lo que usted diga, señora.
-¿Y porqué no han salido a saludarnos? -preguntó Sarah, dudando todavía de que hubiera alguien.
-Porque además de inútil, será un maleducado -argumentó tía Elroy
-¿Qué hacemos, tía? ¿Buscamos a los dueños de la barca? ¿Seguimos adelante a ver si encontramos la fiesta de Neal?
Continuará....
ooooohhhhhhh!!!!
Neal dijo que nadie se olvidara el traje de baño... 
Ahhh verdad!!
