Laurie
Hablar de la primera vez con Terry es tener que hacer un recorrido de mi historia con Candy… Yo tenía 5 años la primera vez que vi esta caricatura. Iba a la escuela en turno vespertino, en primer año y salía a las 6:30 de la tarde; en aquel tiempo pasaban Candy a las 7:00 de la noche y yo llegaba a mi casa, casi cuando estaba por terminar...
De la primera vez solo recuerdo con mucha nitidez a Candy haciendo un muñeco de nieve y robándose la bufanda de la señorita Pony, luego la separación de Annie que fue algo que me dolió muchísimo… Mis primos veían la serie junto conmigo, así que después jugábamos a los personajes. Es curioso ver como la apariencia tiene un papel definitivo en las primeras impresiones, de pequeña a mi no me gustaban las personas con el cabello rizado y creía que las rubias eran malas, así que aún cuando sabía que Candy era buena, no me convencía de todo el personaje. Cuando conocimos a Eliza, ella me gustaba más por sus bucles, aun cuando sabía que era mala.
Cuando Anthony apareció, lógicamente no poníamos mucha atención al romance. Recuerdo vagamente a Anthony y el día del baile, pero nada más… sin embargo lo que tuve siempre muy, pero muy presente, fue la música, esa se quedo de alguna manera guardada en mi memoria y el solo oír compases parecidos me llenaba de nostalgia. Un día, mucho tiempo después, me sorprendí cantando la canción de final a una de mis sobrinas… no sé como pero la recordé casi toda sin volver a escucharla en años…
La segunda vez que vi a Candy, era una adolescente, iba en secundaria, en el turno vespertino y pasaba a las 4 de la tarde, así que no la veía snif, snif… Sin embargo una de mis mejores amigas me llamaba diario por teléfono para decirme lo que había pasado ese día. De esa forma supe de un guapísimo chico rebelde, orgulloso y geniudo que se llamaba Terry. Sin embargo aún no lo veía… Y me sobresaltaba escuchar como mi amiga emocionadísima hablaba de él, mientras que yo no hacía más que recordar a Anthony… el nuevo –y misterioso- personaje, me desconcertaba…
Debido quizá al éxito que tuvo entre la audiencia recuerdo que al atravesarse las vacaciones de verano volvieron a repetirla o algo así y entonces pude ver todo completito. Me enoje con los Leegan, le temía a la tía abuela, lloré con la muerte de Anthony y me emocioné cuando supe que Candy iría a Europa…
Ese día estaba yo como siempre dispuesta a ver la caricatura… el capítulo anterior Candy había emprendido el viaje hacía Londres y yo me resigne a ver un mundo de cosas y aventuras en el barco… y lo confirme cuando en ese capítulo pasa lo de la gaviota y no sé cuantas cosas más. En otras palabras, yo estaba completamente ingenua a que en ese día aparecería el chico más interesante de la serie. El título del capítulo “amor a través del mar” me llamo la atención, pero de nueva cuenta creí que trataría sobre Anthony
Sobra decir que cuando Candy salió a la cubierta y cuando en la toma aparece su perfil… ¡El corazón se me disparó!... Por fin lo vi, la experiencia fue… ¡Wau!... me impactó, el ambiente, la música de suspenso… el perfecto y apuesto perfil del chico castaño que emanaba dulzura y sobre todo me impacto ver al espectro de Anthony colocarse en él… y me dejaron con la intriga de saber quien y como era…
Al día siguiente estaba puntual en la cita… Ni que decir de la cara que puse cuando del chico que yo esperaba dulzura y romanticismo solo tuve sarcasmo… ji, ji. Siempre he sido una chica reservada de temperamento tranquilo, Terry era el tipo de muchacho al que en realidad siempre huía o veía a la distancia, temerosa de lo que pudiera hacer, sin embargo al ver su sonrisa retorcida, escuchar sus carcajadas y sus palabras sarcásticas, despertó en mi algo que no sabía reconocer a bien.
Creo que eso les pasó a todas, Terry tiene algo que despierta en ti unas ganas inmensas de seguir peleando con él hasta el cansancio y no dejarte rendir, pero tampoco derrotarlo. Después del término de la primera escena me quede con taquicardia esperando el momento en el que volviera a aparecer. Luego las palabras de George, es el hijo del Duque de Granchester… ¡Un noble! En mi mente de adolescente, vivía fascinada con los títulos, el abolengo, esas cosas… ¡El chico era perfecto!
Cuando volvió a aparecer, desafiante desde el puerto y después manejando a exceso de velocidad en su coche... ¡Cielos!, la poquísima resistencia que pudiera aún quedar en mí desapareció por completo. Ese chico me dejo encantada y aferrada por siempre a él, en los capítulos posteriores esperaba con ansía el momento que apareciera, sorprendiéndome y emocionándome igual en cada uno de ellos.
Me dejo toda nerviosa con sus escenas del templo y después la forma por demás altanera y seductora con la que se acerca a Candy para defenderla de Neal; Terry es una persona muy especial, nadie ha dicho que para ser justo se necesita ser una persona blanda.
Una de las frases que recuerdo con mayor ilusión es: “¿Por que me miras así?… Acaso ¿Vas a declararme tu amor, pequeña pecosa?, yo estaba casi brincando de la emoción frente al televisor y con los latidos de mi corazoncito al máximo.
Cuando ayudó a la abuela, termine de convencerme que no era una mala persona, en ese capítulo se vio la escena que a mi más me gusta de todas y es la de él con una flor en la boca (todo mundo dice que se ve raro, pero no me importa a mi me encanta). Después me desconcertó bastante la historia oculta de su madre y la situación de su familia, ahí entendí algunas cosas de su carácter y se termino de ganar mi corazón (más) cuando lleva a Candy a la enfermería (de hecho yo esperaba que en esa escena se dieran un beso, ji, ji) y luego cuando carga a Klean… ¡Que encanto! Le gustaban los animalitos. Y ya ni les cuento como me puse el día que se metió a la habitación de la Pecas “por error”… si yo hubiera sido ella… me hubiera desmayado, ja, ja…
A decir verdad cuando tenía que ayudar a Candy para que fuera a Escocia, yo pensé que no lo haría solo por molestarla, pero me sorprendió inmensamente cuando sin necesidad de que ella se humillara abogo ante la rectora.
Un día que no hubo clase, ví la escena del beso. Honestamente era algo que no esperaba, me tomó tan de sorpresa como a la misma Candy. Fue una escena confusa, no fue sino hasta la segunda vez que vi la serie, cuando pude comprender todos aquellos diálogos que en ese momento estaban fuera de mi comprensión.
Sin embargo confiaba en que esa pareja tendría un final hermoso. Como no pude ver la serie completa me quede con la ilusión y la esperanza de algún día volver a verla…
Años después la repitieron y cuando reapareció Terry disfrute como nunca la escena, con el poder que da el saber que es lo que va a pasar. Hasta el momento esa sigue siendo mi escena favorita, el verlo de espaldas en la bruma es de todas las escenas, la que más me gusta.
Los capítulos del colegio obviamente son mis predilectos y los que más me emocionan a pesar de que los he visto cientos de veces. Cuando sucedió lo de la trampa de Eliza, recuerdo que estaba envuelta en un estrés inmenso por saber que pasaría, deseando a más tener algo de insecticida para matar a la alimaña de Eliza.
Al salir Terry del colegio en medio de la caída otoñal de las hojas, comencé a sentirme triste, sobre todo, porque ahí Terry reconoce su amor por la pecas. Cuando Candy va hacía el muelle, lo emotivo de la música me hizo hasta llorar, el escuchar la declaración de Candy, ver sus lágrimas y el dolor que se transmitía en esa escena, quede más que conmovida y llorando igual que ella. Esa escena fue sin duda de las que más me cautivaron y traumaron. De pronto y parecía que al día siguiente no sucedería nada interesante, o más bien que quizá por algún motivo Terry regresaría, se encontrarían cuando Candy llegara a Nueva York, etc…
En fin mil conjeturas que hice y esperanzas que guardaba y nada… que al llegar Candy al Hogar de Pony, están a punto de encontrarse y no sucede nada. Creo que de todas las escenas frustrantes de la serie, esta es la que más me dolió y me frustro de todas; ese día estuve toda triste, melancólica y ansiosa, me quedo claro que ese encuentro frustrado representaba mucho más que sólo eso… Resignadamente seguí la serie y me emocione a más cuando vi a Terry en la portada del periódico. Quería correr como loca junto a Candy para buscarlo en los hoteles y mi abuelita dijo que estaba loca cuando estaba casi gritando frente al televisor, diciéndole que se fuera al hospital. La verdad si espere que aunque fuera a último momento pudieran verse de cerca tan solo para despedirse antes de abordar el tren.
Guarde mucha aversión a Susana cuando impidió que se vieran en Chicago y mucha más cuando desvió las cartas de Candy. En toda la serie la verdad es que Terry no da motivos para que ella se hubiera hecho tantas ilusiones con él y todo eso culmino en la terrible escena que conocemos.
Deseé la continuación como muchas de ustedes, sin embargo y teniendo en cuenta los hechos, creo que de haber alguna, no seria para nada benéfica para mi personaje favorito. Mucho más al leer la ambigüedad de las cartas que escribió después de la serie.
Cuando descubrí el mundo de los fics, encontré una gran salida para esos sentimientos que este personaje nos despertó y que no fueron reflejados en el anime. A través de los relatos descubrí al Terry que vivió no solo en mi mente, sino en la de cada una de sus amantes.
De esta forma mi primera vez con Terry se repite cada que alguna de las autoras, presenta a un Terry igual pero diferente, quizá más dulce, más romántico, o tal vez más agresivo o maduro.
Experimento mi primera vez con él, cada que intento escribir algo, hacerle una nueva historia, presentarlo yo misma con otra cara, y la verdad me da miedo desfigurar al personaje de caricatura que más llegue a estimar, que tiene traumado y muerto de celos a mi galán actual y que me hace olvidarme de tantas cosas cada que intento escribir para él.